PARTE V
LA ALFABETIZACIÓN EMOCIONAL
Escrito por: Bleima Márquez
C.I. 9.337.826
A través del adiestramiento
Podemos controlar las emociones
Muchas veces hemos oído hablar sobre analfabetas y los planes emprendidos para lograr erradicar este problema, pero al utilizar este término siempre es asociado a las personas que no saben leer y actualmente, con el avance de la tecnología, es aplicado a las personas que no saben trabajar con un equipo de computación.

Daniel Goleman, en su libro “Liderazgo e Inteligencia Emocional” explica en el capítulo V que el analfabetismo emocional tiene un costo elevado que deben pagar los llamados “rechazados”, personas e incluso niños que por la falta de control de emociones son apartados, no son tomados en cuenta; por esta razón es necesario que cuando en las escuelas o en los hogares se registren episodios violentos presten atención porque estos hechos obedece a sentimientos como el rencor, la envidia, la ira, la frustración, que conducen a nuestros niños hacia la depresión y como consecuencias posterior habrán niños desobedientes, indisciplinados, delincuentes, drogadictos e incluso asesinos; en el caso de las niñas puede agregarse trastornos alimenticios que repercuten en anorexia y bulimia, así como en el embarazo precoz.
Es importante tratar la depresión infantil pero también hay que prevenirla porque cuando los niños o niñas manifiestan estados de pesadumbre, desesperación e irritabilidad, presentan dificultad para las relaciones sociales; además de la incidencia en el rendimiento escolar, porque tanto la memoria como la atención para asimilar son afectadas y por lógica, presentan
bajo rendimiento escolar y ausencia de motivación que los lleva a la deserción escolar.
Es una serie de problemas que pueden evitarse si desde las escuelas se pone en práctica algunos programas sicológicos especiales que nada tienen que ver con la aplicación de medicamentos, más bien van dirigido a enseñar a los niños las formas eficaces de afrontar los problemas y así disminuir los riesgos de la depresión y mejorar las relaciones sociales para aprender a establecer la amistad.
Lógicamente hay factores relacionados con el ambiente familiar y el entorno social que conducen a los niños y adolescentes a caer en las situaciones emocionales y problemas antes descritos; pero según explica Dancel Goleman, en el mismo libro, la práctica de los programas de escolarización de las emociones constituyen una esperanza alentadora; pues si nuestros infantes y jóvenes logran manejar o controlar sus sentimientos estaríamos hablando de una inteligencia emocional aprendida que reduciría los casos de niños rechazados y deprimidos.
Según explica el autor son varios los cambios que conlleva la alfabetización emocional entre los que destaca el control de las emociones, a través de la cual los niños y adolescentes tendrán más tolerancia ante la frustración y mejor manejo de la ira; reducción de las agresiones verbales y peleas; así como menos interrupción de las clases, mejor capacidad para manifestar cualquier disgusto o enfado sin tener que llegar a las peleas e insultos.
También puede registrarse mejoras en el autocontrol emocional en cuanto al mejor reconocimiento de las emociones, mayor capacidad para entender qué hechos ocasionan el surgimiento de los sentimientos, y las diferencias que hay entre estos sentimientos y las acciones que realizan.
El éxito alcanzado en la inteligencia emocional de los niños y adolescentes con los programas de alfabetización emocional de New Haven explicados en el capítulo cinco del libro “Liderazgo e Inteligencia Emocional” de Dancel Goleman, donde los niños reciben lecciones elementales de autoconciencia, relaciones y toma de decisiones que los ayuda a mejorar sus amistades, el desarrollo de la empatía, el dominio de los impulsos y de la angustia; lo que en el libro denominan “enseñar a ser y enseñar a respetar”; debe ser seguido por las instituciones de educación venezolanas puesto que en nuestro país el proceso de enseñanza está limitado al aprendizaje académico que aunque es indispensable para la formación de los futuros hombres y mujeres no ataca los problemas generados por la falta de inteligencia emocional.
Esta medida podría mejorar la calidad de vida de muchos niños que tienen dificultad para llevar relaciones sociales aceptable por lo que son rechazados con las consecuencias ya descritas en este artículo; así mismo, estaría dándosele respuesta al problema de seguridad de manera preventiva, garantizando así un descenso en las estadísticas de inseguridad o delincuencia
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